domingo, 29 de octubre de 2023

Miquel Martí i Pol


Si fueses tierra crecería en ti
y daría frutos de una rara dulzura,
sería fiel a los caminos que te surcan la piel
y a los ríos secretos que te atraviesan la entraña.
Si fueras mar pediría prestado el viento
para desvelarte remotísimos ecos.
Si fueras lluvia te recibiría todo desnudo.
Si fueras bosque amaría la sombra.

Solo te tengo a ti. Cobardemente
te invoco en plena noche con las mismas
palabras que tiempo ha. La luna es amarilla
y me chupa el tuétano de los huesos. Tú regresas
como un recuerdo de mí mismo y me caen
de los dedos a tierra, lentamente, los restos
del tiempo caduco que he vivido sin vivir. 

Ahora es la hora encarnada de los guerreros.
Marca la cera nueva con dedos lentísimos.
Tiéndete en el suelo, acógeme.
Sin tu fuego ningún fuego me vivifica.
Retorno a ti y los pasos me resuenan
como si inventara caminos por dentro de un claustro.

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